Páginas

lunes, 28 de febrero de 2011

Tu me enseñaste a creer en los sueños, para vivir hay que soñar y hay que luchar por los sueños, pocas veces he conocido a una persona a través de una pantalla que al final terminé admirando, y te aprendí a querer no solo por verte actuar, por verte reir si no que aprendí a querer tu forma de ser, con tus risas, con tus llantos, con tus emociones. GRACIAS y mil gracias porque gracias a ti supe ver más hallá de lo que veía a simple vista.